domingo, 26 de febrero de 2012

ian curtis y mcenroe

Llamamos a las puertas de las estancias más oscuras del infierno. Cruzamos el límite y esperamos. Ahora nos vemos a nosotros mismos como nunca nos habíamos visto. Un retrato de tormento y degeneración. La tristeza que sentimos no puede abandonarnos nunca.

Ian Curtis citado en Liddell, Angélica. Perro muerto en tintorería. Nordica Libros. Madrid. 2008. p. 233.

jueves, 22 de diciembre de 2011

tiempos modernos. nicanor parra: catastrophe and the cure

Atravesamos unos tiempos calamitosos
imposible hablar sin incurrir en delito de contradicción
imposible callar sin hacerse cómplices del Pentágono

Parra, Nicanor. Chistes par(r)a desorientar a la (policía) poesía. Visor. Madrid. p. 127

jueves, 10 de noviembre de 2011

rastreos por mis lindes: ryan adams y tomás segovia

Tendría que aceptar que me reprochen
Si es que puede nacer ese reproche
Que siempre haya esperado mucho más que buscado
El amor la alegría la dicha el cumplimiento
Que nunca haya buscado aunque lo haya esperado
Pertenecer a nada

Segovia, Tomás. Rastreos por mis lindes

sábado, 15 de octubre de 2011

the day is coming

"Tres cosas anticipan el tiempo por venir, el sol, el sábado y el tashmish"

El Talmud en Agamben, Giorgio (2011), "Hambre de Buey. Consideraciones sobre el sábado, la fiesta y la inoperosidad" en Desnudez. Anagrama. Barcelona.

viernes, 7 de octubre de 2011





- ¿Por qué sigo bailando?

- Para compartir (bailar) nuestro daños


lunes, 19 de septiembre de 2011

le gai savoir: the only moment we were alone

“Así he pasado la mitad de nuestra vida en la calle en el metro en esa desesperación que si se hundiera, finalmente, en mi letargo, en mis sueños, sólo podría compararse a la prisión a la vida punitiva, una demencia donde olvidaría incluso lo que hubiera perdido. Creo que nunca me he despertado sin gemir, un profundo gemido, alterado de toda la justicia de la noche. A veces el sentimiento era tan fuerte que persistía incluso cuando abría los ojos y entonces tú me preguntabas que me sucedía y yo no podía responderte creyendo que era la bruma de mis pesadillas la que oscurecía todavía mi mirada y debatiéndome en los recuerdos enredados de las sombras o bien sabiendo que relatarlo no conseguiría explicar nada yo desviaba la conversación hacia otro tema hacia lo que habíamos hecho o haríamos. Así me guardaba para mí ese cuasi-presente ese desgarro profundo como un dolor que escondemos. Cuando era joven, si que explicaba mis sueños pero ya no lo hago. Esa oscura puerta de la existencia que invade cada vez más la vida de la vigilia de mi mismo silencio haciéndome dudar de todo lo que me rodea. Y sobre todo de nosotros, de lo que nos hacía ser, decir “nosotros”. Un “nosotros” que significa tú y yo, un “nosotros” diferente de ese falso plural que sólo existe por mi presencia y persiste cuando sus componentes disminuyen, aumentan, varían. Uno de esos nosotros que no son más que una extensión de mí. Esa realidad que tú podías, como yo, destruir mejor que yo y lo digo sin ejemplos, a la buena de Dios bajo una forma abstracta porque según mi discurso por más que tienda hacia ti mi amor sé que ese artificio tendrá que naufragar. Yo digo: “Tú”. Comparto las cosas entre tú y yo como si fuera algo banal y aunque a veces dudo sólo así puedo acordarme de tener mi propia razón.”

Le Gai Savoir (1969). Jean Luc Godard.

sábado, 27 de agosto de 2011

simone weil y mogwai (ii)

El arte (no importa cuál) tiene que ver con dos cosas: con el trabajo y con el amor. ¿Correspondencias entre ambas?

El amor, sin embargo, está presente en el arte en la medida que está superado o incluso negado. La lección de la obra de arte: prohibido tocar las cosas hermosas.

(...)

No apropiarse de lo que uno ama..., no cambiar nada..., rechazar el poder...

Weil, Simone. Cuadernos. Trotta. Madrid. 2001 . p. 80.