lunes, 6 de diciembre de 2010

Eternal Sunshine of the Spotless Mind

ayer volví a ver Eternal Sunshine of the Spotless Mind. me gustó más que la primera vez (seguro que por la correctas indicaciones narrativas de alex). tengo que confesar que a veces tengo problemas con determinados giros narrativos de ciertos filmes (la dislexia nunca le abandona a uno, es para toda la vida).

a lo que iba, me pareció una película fascinante. creo que gondry intenta responder a la pregunta de siempre ¿por qué? y ¿de quién nos enamoramos? la respuesta es sencilla: en función de nuestra memoria, según nuestra historia de vida, generamos una expectativa afectiva a partir de los cuerpos, de los rostros y de los gestos de los otros (debería escribir otras en la medida que gondry habla de cómo nos enamoramos los chicos... aunque esto es muy polémico, después de todo: qué es un chico y qué es una chica).

el amor surgiría a partir de un vínculo de memorias, de daños compartidos, sólo podríamos vivir juntos a partir de un pretérito común. es más, en toda nuestra vida, antes de conocerla, ella siempre estuvo ya allí: toda nuestra cotidianidad pasada prefigura un cuerpo por venir, por llegar. filmar para gondry sería buscar un espacio para ese cuerpo. para el cuerpo de ella: kate winslet-clementine. memoria encarnada.


¿cuando surge el problema? cuando la memoria ya no es el motor de la relación, sino al contrario, cuando la memoria se hace dañina: hemos vivido tanto de nuestra memoria que ya no nos soportamos, lo recordamos todo el uno del otro y eso hace imposible cualquier convivencia, ya no podemos vivir juntos porque la memoria nos lo impide. la salida de la película: el borrado (a través de la cirugía-cibernética) de los recuerdos. milimetricamente se borran todos las reminiscencias asociados al enamorado/a. toda la relación pasa a habitar el espacio del olvido. pero ese borrado, ay, se torna imposible... siempre quedará una huella en la medida que nuestra historia de amor no sólo remite al tiempo en que nos conocimos, sino que había un tiempo anterior (toda nuestra vida)que ya prefiguraba ese amor. nos amamos no sólo por el tiempo que vivimos juntos, sino que toda nuestra vida era una llamada o una espera del otro/a. borrar u olvidar la relación pasaría por borrar u olvidar toda nuestra vida. y eso sería imposible.

esta paradoja es la que articula todo el filme, y la misma no se resuelve, únicamente se certifica que no hay salida: nos amamos porque recordamos y nos odiamos porque no olvidamos del todo. o quizás sí, quizás podamos olvidar a partir de la conversación. la posibilidad de vivir juntos pasaría por la capacidad de mostrar nuestra vulnerabilidad al otro, pasaría por nuestra capacidad de decir "lo siento". ¿ese decir "lo siento" y ese mostrar la vulnerabilidad configurarían un nuevo equilibrio entre el olvido y la memoria? no lo sé. tampoco estoy seguro de que gondry firme esto último.


una útima confesión, el penúltimo secreto: creo que ayer me gustó mucho la película porque kate winslet me recuerda demasiado (estar enamorado es estar enfermo) a un amor del pasado que he intentado olvidar todo este tiempo. y ahora querid@ lector@: "olvídate de mí".


3 comentarios:

  1. Gondry da por necesaria la relación amorosa: el/la sujeto/a de a quién deseo tiene que existir... Por lo tanto, ante su ausencia, la posibilidad de la pérdida del ser querido, del olvido casi genético y radical de la otra persona, queda la idea, esa expectativa previda de la que hablas... La idea del otro como existente antes de que se le conozca...

    Igual estoy forzando lo que quiere decir Gondry: pero creo que está en una línea más idealista que materialista...

    De hecho, quizá, para gestionar el daño no cabe otra alternativa que afrontar que nos vamos a lastimar o que nos vamos a perder la una a la otra, antes o después: nos vamos a morir...

    Dejar de creer en dios, la rebelión atea contra el mundo de las ideas: querernos sabiendo que pudimos no habernos querido nunca: arriesgarnos a compartir con otra persona sabiendo que nos podemos hacer daño: confiar en la intersubjetividad, en el diálogo y la posibilidad de entender lo que me dice la otra persona...
    La rebelión atea contra el mundo de las ideas: querernos y saber que va terminar: que nos vamos a morir.

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  2. "querernos y saber que va a terminar" quiás ese es el problema de joel(gondry) en la peli... cavell defendía el cine como una forma de amor materialista:el cine según cavell posibilitaría el duelo (el olvido) por la perdida del otro!

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  3. "querernos sabiendo que pudimos no habernos querido nunca"

    he ahí el otro problema de joel-gondry

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