jueves, 27 de mayo de 2010

mogwai y roland barthes: fragmentos de un dicurso amoroso

No puedo escribirme. ¿Cuál es ese yo que se escribiría? A medida que ese yo entrara en la escritura, ésta lo desinflaría, lo volvería vano; se produciría una degradación progresiva -en la que la imagen del otro sería, también ella, arrastrada poco a poco (escribir sobre algo es volverlo caduco)-, un hastío cuya conclusión no sería otra que: ¿para qué? Lo que bloquea la escritura amorosa es la ilusión de expresividad: escritor, o pensándome tal, continúo engañandome sobre los efectos del lenguaje: no sé que la palabra sufrimiento no expresa ningún sufrimiento y que, por consiguiente, emplearla, no solamente es no comunicar nada, sino que incluso, muy rápidamente, es provocar irritación (sin hablar del ridículo). Sería necesario que alguien me informara que no se puede escribir sin pagar la deuda de la "sinceridad" (siempre el mito de Orfeo: no volverse a mirar). Lo que la escritura demanda y lo que ningún enamorado puede acordarle sin desgarramiento es sacrificar un poco de su Imaginario y asegurar a través de su lengua la asunción de un poco de realidad. Todo lo que yo podría producir, en la mejor de las hipótesis, es una escritura de lo Imaginario; y para ello me sería necesario renunciar a lo Imaginario de la escritura -dejarme trabajar por mi lengua, sufrir la injusticias (las injurias) que no dejará de inflingir a la doble Imagen del enamorado y de su otro

Barthes, Roland. Fragmentos de un discurso amoroso. Siglo XXI. Madrid. 2005. p.120

viernes, 21 de mayo de 2010

rodrigo garcía (ii): muerte y reencarnación en un cowboy

"Es una obra íntima y triste. No hay nada que gritarle a nadie, ya no es posible. Creo que en esta pieza hay un desencanto, una mirada abatida hacia la realidad, y, a diferencia de obras como «La historia de Ronald», «Versus» o «Mickey», ya no necesito gritar, no hay guerras porque no hay nadie ahí fuera. Los que están despiertos no necesitan del arte: están ocupados en hacer negocio, buscar trabajo, ver la tele o desentenderse de sus hijos. Y los que están dormidos no se van a despertar por más que los sacudamos. ¿Se imagina despertar a uno de esos seres que quedaron cubiertos por la lava en Pompeya? No es posible…"

rodrigo garcía sobre muerte y reencarnación en un cowboy en

http://www.larazon.es/noticia/6014-rodrigo-garcia-ya-no-necesito-gritar

miércoles, 19 de mayo de 2010

joy division: rodrigo garcía y sloterdijk

"Mi hijo de seis años sigue cada reflexión del Sloterdijk sin perderse ni un detalle y suelta unas réplicas en alemán que deben ser la leche, ya que el Sloterdijk se queda en silencio unos segundos y le responde otra vez entusiasmado. Se habló de todo y con eso vamos a hacer un libro, porque llevamos escondida una grabadora en la mochila, entre la farlopa. No somos tarados. El Sloterdijk está de moda. Vamos a hacer un libro, nos vamos a forrar, y ni se va a enterar (...) Me tengo que saltar casi todos los detalles, joder. Para ir al grano. Cómo bajaba la botella de Ribera. Las lágrimas y el babeo del Sloterdijk con el jabugo en la boca entreabierta. Nos salió interesante el Sloterdijk. Estábamos cachondos. El cerebro a tope de sangre. Bum, Bum la sangre por las venas. Preparados para echar un polvo de los que uno va a recordar de por vida o para romper una ventana del Museo del Prado y colarnos a ver a Goya (...) Vamos a dejar al nazi este en el Palace y vamos a ir al Prado. Con la mochila a tope de droga, bocatas de tortilla y birra y Macallan. Y piedras para romper las ventanas. Y la sangre haciendo Bum Bum. Una fiesta."

Prefiero que me quite el sueño Goya a que lo haga cualquier hijo de puta en García, Rodrigo. Cenizas escogidas. Obras 1986-2009. La uÑa RoTa. Madrid. 2009

jueves, 13 de mayo de 2010

félix guattari y centro-matic

"La revolución no se juega únicamente en el ámbito del discurso político manifiesto, sino también en un plano mucho más molecular, que atañe a las mutaciones del deseo y a las mutaciones tecnocientíficas, artísticas, etc. En su vertiginosa fuga hacia adelante, el capitalismo ha emprendido un camino de control sistemático de todos los individuos del planeta. Por supuesto, con la integración de China, el capitalismo ha llegado a la cima de su poder, pero está empezando a alcanzar al mismo tiempo, un punto de extrema fragilidad. Ha desarrollado hasta tal punto un sistema de dependencia generalizada, que el más pequeño obstáculo a su funcionamiento terminará tal vez generando efectos sobre los que perderá el control".

Guattari, Félix. Plan sobre el planeta. Traficantes de sueños. Madrid. 2004. p. 98.

lunes, 10 de mayo de 2010

el lugar y la palabra: hong kong

no sé si estás en lugo o en madrid pero espero que estés bien. el otro día no lo encontré pero hoy sí. aquí está. do you know hong kong?

Fragmento 51. Tras el espejo. El escritor se organiza en su texto como lo hace en su propia casa. Igual que con sus papeles, libros, lápices, carpetas, que lleva de un cuarto a otro produciendo cierto desorden, de ese mismo modo se conduce en sus pensamientos. Para él vienen a ser como muebles en los que se acomoda, a gusto o a disgusto. Los acaricia con delicadeza, se sirve de ellos, los revuelve, los cambia de sitio, los deshace. Quien ya no tiene ninguna patria, halla en el escribir su lugar de residencia. Y en él inevitablemente produce, como en su tiempo la familia, desechos y amontonamientos. Pero ya no dispone de desván y le es sobremanera difícil desprenderse de la escoria. De modo que al tener que estar quitándosela de delante corre el riesgo de acabar llenando sus páginas de ella. La obligación de resistir a la compasión de sí mismo incluye la exigencia técnica de hacer frente con extrema alerta al relajamiento de la tensión intelectual y de eliminar todo cuanto tiende a fijarse como una costra en el trabajo, todo cuanto discurre en el vacío y todo lo que quizá en un estadio anterior se desarrollaba, creándola, en la cálida atmósfera de una charla, pero que ahora queda atrás como algo mustio e insípido. Al final el escritor ya no podrá habitar en sus escritos.

TW. Adorno. Minima moralia. Taurus. Madrid. 2003. p. 85


En un día claro, con viento propicio y todo en su sitio, cierta vibración musical de su voz parecía ser el auténtico rebosar libre de la intimidad de este hombre.

H. Melville, Billy Budd. Citado por Pardo, José Luis. Nunca fue tan hermosa la basura. Galaxia Gutenberg. Barcelona. 2010.p. 102


martes, 4 de mayo de 2010

pedro costa y jeanne balibar: ne change rien

"El placer del Texto supone también una vuelta amistosa del autor. El autor que vuelve no es evindetemente el que han identificado nuestras instituciones; tampoco es el protagonista de una biografía. El autor que viene de su texto y va a nuestra vida no tiene unidad; es un simple plural de "encantos", el soporte de algunos detalles tenues, fuente de una fuerte luz novelesca (...) no es una persona (civil, moral), es un cuerpo"

Barthes, Roland. Sade, Fourier, Loyola. Catedra. Madrid. 1997.



el otro día, en la filmo, pedro costa contaba que ne change rien tenía dos influencias. por un lado, el one plus one de godard (la peli sobre los rolling stones). por otro, los westerns de ford y de hawks. todo el cine de costa tiene la soledad asfixiante de los mejores westerns. ayer, volviendo en autobús, en la línea vigo-madrid, leía la larga entrevista realizada un verano en sintra, en casa de pedro costa, cerca de donde vivió una temporada bernhard. en aquella ocasión también habló de la soledad y de su pasión por el western, pero también comentaba que le fascinaban los melodramas clásicos, los de lubitsch sobre todo, porque en ellos había una imposibilidad de comunicación, de inevitable soledad entre hombres y mujeres.después hablaba de vanda y de cómo hacer un film con un mirlo dorado, una cuchara de plata y un ramo de flores. al leer lo del ramo de flores recordé la flor que me dieron hace unas semanas. gracias por la flor.