Llamamos a las puertas de las estancias más oscuras del infierno. Cruzamos el límite y esperamos. Ahora nos vemos a nosotros mismos como nunca nos habíamos visto. Un retrato de tormento y degeneración. La tristeza que sentimos no puede abandonarnos nunca.
Ian Curtis citado en Liddell, Angélica. Perro muerto en tintorería. Nordica Libros. Madrid. 2008. p. 233.
domingo, 26 de febrero de 2012
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