lunes, 19 de septiembre de 2011

le gai savoir: the only moment we were alone

“Así he pasado la mitad de nuestra vida en la calle en el metro en esa desesperación que si se hundiera, finalmente, en mi letargo, en mis sueños, sólo podría compararse a la prisión a la vida punitiva, una demencia donde olvidaría incluso lo que hubiera perdido. Creo que nunca me he despertado sin gemir, un profundo gemido, alterado de toda la justicia de la noche. A veces el sentimiento era tan fuerte que persistía incluso cuando abría los ojos y entonces tú me preguntabas que me sucedía y yo no podía responderte creyendo que era la bruma de mis pesadillas la que oscurecía todavía mi mirada y debatiéndome en los recuerdos enredados de las sombras o bien sabiendo que relatarlo no conseguiría explicar nada yo desviaba la conversación hacia otro tema hacia lo que habíamos hecho o haríamos. Así me guardaba para mí ese cuasi-presente ese desgarro profundo como un dolor que escondemos. Cuando era joven, si que explicaba mis sueños pero ya no lo hago. Esa oscura puerta de la existencia que invade cada vez más la vida de la vigilia de mi mismo silencio haciéndome dudar de todo lo que me rodea. Y sobre todo de nosotros, de lo que nos hacía ser, decir “nosotros”. Un “nosotros” que significa tú y yo, un “nosotros” diferente de ese falso plural que sólo existe por mi presencia y persiste cuando sus componentes disminuyen, aumentan, varían. Uno de esos nosotros que no son más que una extensión de mí. Esa realidad que tú podías, como yo, destruir mejor que yo y lo digo sin ejemplos, a la buena de Dios bajo una forma abstracta porque según mi discurso por más que tienda hacia ti mi amor sé que ese artificio tendrá que naufragar. Yo digo: “Tú”. Comparto las cosas entre tú y yo como si fuera algo banal y aunque a veces dudo sólo así puedo acordarme de tener mi propia razón.”

Le Gai Savoir (1969). Jean Luc Godard.

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